Dia 3
Me levanto a las 7 de la mañana. Aquí parece como si el día amaneciera
antes. Desayuno en la habitación como ayer y ya a las 8 de la mañana Fernando
viene a recogerme. Hay que ser puntuales ya que a las 9 tenemos que estar en el
Quito Tenis y Golf Club y hemos quedado
con Nicolás Tardito para preparar el Clinic de damas del club. Menudo
compromiso, pues aquí en el club son las que mandan (Eso me han dicho).
Se trata de un grupo de señoras que juega todos los días sus torneos y que tienen un nivel aceptable. No queremos
hacer el típico clinic que consiste en pelotear con ellas y decirles que lo
hacen muy bien. Se trata de hacer algo diferente, algo que marque diferencia.
Por tanto, se me ocurre marcar el propósito de enseñarles a liftar la pelota
(Jugar con Top Spin, ya que aquí la palabra liftar no la conocen). Difícil
reto.
Tras el Clinic, toca descanso. Hoy visita a la Mitad del Mundo, a la línea
que divide el hemisferio Sur del hemisferio Norte de nuestro Planeta. Curioso.
Poder tener un pie en cada mitad del planeta resulta cuanto menos curioso. La
verdad es que me ha encantado. Después de comer allí Fernando me lleva al Hotel
las gafas de sol y luego guardándolas. Ahora hace sol y en cinco minutos se nubla. Parece como si alguien estuviera controlando el tiempo y cuando te ve en manga corta da la orden para que se vaya el sol. Contrastes en el paisaje, que cambia de color según la zona: “Eso es la zona seca” (llueve dos días al año). “Esta es la zona húmeda” (llueve prácticamente cada día). “Allí arriba hay un volcán extinguido y existe un microclima”. Contrastes en la población. Ves a gente muy muy pobre y luego ves a gente muy muy rica Etc. Poco a poco le voy encontrando el gusto a la ciudad. No es fácil. Es muy diferente a mi Barcelona natal. En todo. Es difícil orientarte, ya que parece como si la montaña dividiera a la ciudad. Todo el rato le hago la misma pregunta a Fernando. ¿Aquello que se ve allí que ciudad es? Es Quito también, me responde. La gente es encantadora. No me conocen de nada pero es como si ya fuera uno de los suyos. Me tratan con mucho respeto, pero te hacen sentir como uno de ellos. Como le comentaba a Fernando, aquí el tiempo pasa más despacio. No hay prisa para nada. Todo se hace, pero tranquilo.
Mañana empezamos el curso. Estoy ansioso por que empiece. Seguro que les va
a encantar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario